En la hora de tutoría de esta semana nos han visitado dos expertos en comunicación: Nacho y Agustín, para hacer una retrospección hacia el mundo de las redes sociales, y principalmente a nuestro perfil en ellas y el rastro que dejamos como migas de pan, la conocida “huella digital”.
Hemos reflexionado acerca de la información que aportamos con cada acción en internet, lo que supone tener una determinada imagen de perfil, aquello que mostramos a nuestros seguidores y cómo puede ser un arma de doble filo. Esa clase de información puede perjudicarnos si cae en posesión de las personas equivocadas (dirección, imágenes comprometidas, gustos, rutinas, datos privados…), también aquello que aportamos y aparentemente es privado, está al alcance de cualquier internauta, y por supuesto, también aquello que dirigimos o comunicamos, que puede causar daños a los demás y a uno mismo (como las opiniones y comentarios en foros como Twitter).
Como siempre, las redes sociales siempre son buenas si se cuida el uso en estas, pero como siempre existe alguien con intenciones adversas, es necesario tener control y conciencia sobre aquello que se nos muestra, y en el momento que no podamos controlarlo, pedir siempre ayuda a especialistas que estarán dispuestos a acompañarnos y ayudarnos a lidiar con estas situaciones.
