¿Conoces ya la Obra Socieducativa San José? Ya hace más de un año que comenzó su andadura con la vocación de ponerse al servicio de los preferidos de Dios.
Está situada a la entrada de nuestro colegio (en los antiguos pisos) y quiere ser un espacio donde muchos puedan recibir ayuda y donde muchos puedan encontrar un espacio para servir y darse a los más necesitados. Sin duda, va a ser una estructura que nos va a permitir abrirnos a las realidades del barrio y la ciudad y estar atentos a las mismas para comprometernos con ellas. En torno al servicio y la ayuda concreta a los más necesitados, queremos hacer crecer una comunidad cristiana lasaliana.
Actualmente se están desarrollando las siguientes actividades que con el tiempo seguirán creciendo:
Espacio Nidos: Abierto todos los días de la semana atendiendo a niños y niñas con dificultades del colegio y del barrio. Está coordinado por Carlos Manzano (antiguo alumno del colegio).
Espacio servicio-voluntariado: Este espacio quiere potenciar en los jóvenes y adolescentes el deseo de comprometerse de forma concreta con los más necesitados de nuestra sociedad. Este año hemos consolidado el servicio a las personas sin hogar de nuestro barrio. Se hace miércoles y viernes y está generando un bonito movimiento solidario entre los alumnos mayores del colegio, antiguos alumnos y jóvenes de los grupos cristianos universitarios.
Atención a las familias en las necesidades básicas: La situación de la pandemia ha dejado a muchas familias en situaciones muy difíciles. Estamos ayudando en la distribución de alimentos y cobertura de necesidades básicas, así como en el acompañamiento en la búsqueda de empleo.
Hogar San José: Una casa de acogida temporal para migrantes y refugiados en situación de calle, en colaboración con la mesa de la hospitalidad de la archidiócesis de Madrid.
Recorremos con ilusión esta andadura, construyendo entre muchos un espacio de solidaridad en el barrio. Hacemos nuestra la llamada que el Papa Francisco a modelar la vida con el ejemplo del buen samaritano, tal y como afirma en la encíclica Fratelli Tutti: “Con sus gestos, el buen samaritano reflejó que la existencia de cada uno de nosotros está ligada a la de los demás: la vida no es tiempo que pasa, sino tiempo de encuentro”.