Si paseas por los pasillos de Educación Infantil en cualquier momento de la semana, hay una sala que te llamará la atención. Si pegas la oreja en la pared oirás risas, saltos infinitos, construcciones de guaridas, telas que simulan el mar e incluso lobos y dragones. En esta sala siempre se mueve algo…es nuestra sala de Psicomotricidad.
En nuestro colegio desde hace ya muchos años apostamos por el movimiento libre para ayudar al alumnado en su desarrollo global. Dentro de la psicomotricidad creemos que la Práctica Psicomotriz de Bernard Acouturier, es la clave para que los niños y niñas maduren y desde el placer del movimiento alcancen el placer de la construcción de pensamiento.
“Para la práctica psicomotriz, el niño está en el centro y nosotros nos ajustamos a lo que hace el niño, le brindamos seguridad material y afectiva y le dejamos descubrir”
Bernard Acouturier
Desde los 3 años las niñas y los niños tienen una sesión en la sala con sus tutores en ella disfrutan con sus compañeros y su adulto de referencia del placer de destruir, construir y transformar.
En la sesión, permitimos moverse a los niños y a las niñas en libertad y que, a través del juego y de la acción busquen sus límites desde el placer del movimiento. Esto posibilita que se muevan emociones, imágenes, sensaciones, pensamientos… y puedan exteriorizar así su mundo interno: sus potencialidades, sus miedos, sus dificultades, sus deseos, sus alegrías…
La sala de psicomotricidad se convierte así en un lugar mágico y esperado por los estudiantes de Infantil cada semana, donde, sin miedo, pueden expresarse libremente. Y en el que poco a poco, de la mano del adulto, van construyendo una imagen de ellos mismos más armónica y feliz, basada en lo que van descubriendo y consiguiendo, y no en aquello que no son capaces de hacer.